miércoles, 20 de diciembre de 2006

Desde algún lugar alejado

Pensar en silencio sobre el presente, limpiar tu mente de todo, sentirte libre y relajado, tener la sensación de que todo lo que nos rodea, es consecuencia de lo pasado y esperar que el futuro sea mejor. No siempre tenemos lo que nos merecemos, pero actuamos de forma y manera que generamos reacciones que nos llevan a lo que tenemos. No nos paramos a pensar en que quizás la solución a todo sea ser sinceros con nosotros mismos y realistas con lo que vemos. Todos sentimos, pensamos y actuamos, pero… Que tiene de real esconderse de lo que tenemos, y no preocuparnos de lo que necesitamos. Cuantas v Pensar en silencio sobre el presente, limpiar tu mente de todo, sentirte libre y relajado, tener la sensación de que todo lo que nos rodea, es consecuencia de lo pasado y esperar que el futuro sea mejor. No siempre tenemos lo que nos merecemos, pero actuamos de forma y manera que generamos reacciones que nos llevan a lo que tenemos. No nos paramos a pensar en que quizás la solución a todo sea ser sinceros con nosotros mismos y realistas con lo que vemos. Todos sentimos, pensamos y actuamos, pero… Que tiene de real esconderse de lo que tenemos, y no preocuparnos de lo que necesitamos. Cuantas veces nos hemos planteado las cosas tantas veces que al final no las hemos hecho y pasado un tiempo nos hemos dado cuenta de que las cosas no son las que queremos? Pasa con el trabajo, con los estudios, y con otras muchas cosas. Muchas veces quizás porque no nos sentimos apoyados, o por que nos da miedo el no alcanzar la meta propuesta, y no nos paramos a pensar en que muchas de las cosas que quisiéramos tener, no las tenemos por nuestra propia irresponsabilidad o miedo. Todos tenemos que sacrificar cosas para tener cosas, y hemos de ser conscientes de que lo que tenemos seguro, no es tan seguro. Pocas cosas hay seguras en esta vida, solo conozco una.
Razonar, meditar, y escoger simple cuestión de difícil resolución, tan difícil, que en muchas de las ocasiones sino en todas, siempre nos queda la duda de lo que podría haber pasado. Mirar el futuro y afrontar la verdad, el relisto dudoso del fututo incierto, donde la verdad y la realidad, no siempre van unidas. Seamos nosotros y busquemos lo mejor para nuestra realidad. Siempre habrá alguien que estará a nuestro lado, caminando cerca y que nos ayudara a levantarnos, y cuidemos de ellos casi mas que de nosotros mismos, porque son los que en los momentos difíciles nos guiaran. Ya lo dije una vez y lo afirmo cuantas veces haga falta.

SEMPER FIDELIS

2 comentarios:

Niña dijo...

Es cierto que muchas veces no conseguimos las cosas por culpa de nuestros miedos. Tenemos miedo al fracaso, a la negativa, a no conseguir nuestro objetivo.

Todos tenemos un miedo a lo desconocido. Nos aburre la monotonía pero paradójicamente nos asusta el cambio. Es siempre el miedo a lo desconocido. Que pasará si lo consigo? pero sobre todo, que pasará si no lo consigo? que habré perdido en el camino?.

Otras veces puede ser que no sea el miedo lo que nos influya a querer cambiar o conseguir algo, sino que nos veamos influenciados por nuestra propia indecisión.

Perdemos tanto tiempo en pensar si es lo correcto que cuando por fin nos hemos decidido....otros o incluso el propio paso del tiempo ya ha tomado la decisión por nosotros.

Lo que sí está claro es una cosa...decidamos lo que decidamos siempre tenemos que ser nosotros mismos!

Besitos...

Unknown dijo...

Creo que, a modo de reflexión, nuestra identidad como personas, nos hace tener dudas que desencadenan errores. De hecho la naturaleza humana es la del ensayo-error, ensayamos qué puede ser lo más adecuado y recogemos el error como idea de que nos hemos equivocado.
Vamos a ser un poco freakys, cojamos el error como dato importante y renunciemos al ensayo: como me he equivocado, no se volverá a repetir.
El camino se hace de errores, lo importante es reconocerlos, que sirvan como atributo a un camino hacia la tranquilidad (por no decir felicidad que es más difícil). Y tenga en cuenta que la razón es siempre suya, salvo que se la quiten.
Y siempre habrá en el mundo alguien que le podrá quitar esa razón, es ley de vida...