lunes, 11 de diciembre de 2006

Complicidad

Los ojos, algo aparentemente tan insignificante y que para muchos solo son una parte del cuerpo que solo sirve para ver o una mera forma de expresar emociones, son capaces de mostrarnos un mundo, que observado con atención, nos puede dar un millón pistas de cómo es una persona y que es lo que necesita, entre otras cosas. Son muy pocos los observadores y menos los que merecen la pena ser observados, pero siempre, como para todo hay algo, o alguien, que como una estrella en un firmamento estéril de formas, ilumina el espacio o nuestro espacio, y nos hace prestar especial atención. Hay personas, las cuales tienen la suerte o la desgracia, de saber interpretar, o mejor, capaces de sumergirse en el interior de otra persona y conocer sus inquietudes, sus miedos, sus deseos… De tal forma y manera, que lo oscuro se vuelve claro, y toda confusión desaparece. Quizás sea esa la razón de por que algunos tengan las cosas tan claras y otros no? No lo creo, pero lo que si es cierto, es que nos da seguridad, aunque luego nuestros sentimientos nos traicionen y se haga patente que una de las partes más débiles del ser humano (con algunas excepciones) sea el corazón. Sea como fuere, llegar a alcanzar lo que podríamos llamar silencios cómplices, y que dos personas sean capaces de decírselo todo sin gesticular palabra, tienen algo tan especial, que no lo deben dejar perder, sea cual sea su futuro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

LA NIÑA

Realmente cuando hay tanta complicidad entre dos personas que con la mirada basta y las palabras sobran, es algo indescriptible. La belleza de la gente está en su mirada y es a veces a través de la mirada cuando sabemos más cosas de la otra persona.

Pero No nos engañemos. También hay miradas ocultas, miradas que engañan, miradas que esconden.....Miradas que delatan y miradas que despistan.

La dificultad está en saber si a veces lo que nos transmite la mirada es realmente lo que se siente.

Mientras no tengamos un libro de instrucciones tendremos que guiarnos por nuestras intuiciones.

Besos